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Durante su visita a Sofía, use el metro de la ciudad para explorar los principales puntos de interés. Sofía, una de las ciudades más antiguas de Europa, es famosa por sus manantiales de agua mineral, uno de los cuales puede verse en la plaza ubicada detrás de la Mezquita Banya Mashi. El Palacio Real, de estilo vienés, otrora la sede de la policía otomana, hoy alberga el Museo Etnográfico y la Galería Nacional de Arte.

Desde aquí podrá visitar el Museo de la Casa de Iván Vazov, que conmemora la vida del escritor más famoso de Bulgaria, u otros museos y galerías. No se pierda el Museo Nacional de Historia, que alberga una fascinante colección de artefactos que datan del 4000 a. C., como objetos de oro y plata de los tracios. El Museo Arqueológico y la Galería Nacional de Arte también merecen una visita.

Con su cúpula dorada, la Catedral Alexander Nevsky, una iglesia ortodoxa de estilo neobizantino, es uno de los edificios más emblemáticos de Sofía.

El Monte Vitosha, el parque nacional más antiguo de los Balcanes, se ha convertido en el símbolo de Sofía. Accesible por taxi, coche o transporte público, es un destino abierto todo el año con 10 picos para explorar. Durante la temporada de verano, es un sitio idóneo para hacer pícnic o practicar senderismo. En invierno, es popular entre los entusiastas del esquí y el snowboard.

Sofía también cuenta con amplias áreas verdes, como el Jardín Borrisova, idóneo para actividades familiares como paseos en bote por el Lago Ariana. Cuando se canse de caminar, siéntese y saboree una taza de café. La ciudad tiene un panorama muy dinámico de cafés, y la mayoría de los establecimientos tienen acogedoras áreas y espacios al aire libre perfectos para ver pasar la gente.

Una de las mejores maneras de conocer la ciudad es hacer uno de los tours gratuitos a pie dirigidos por guías angloparlantes. Puede también optar por un tour en bicicleta que lo llevará a conocer parte de la campiña circundante.

La comida búlgara tiende a ser muy sustanciosa, con una abundancia de carnes cocidas al vapor o asadas, pescados y guisos muy sustanciosos. Entre las especialidades locales destacan el «tarator» (una sopa fría con yogur y pepino), el «turshia» (verduras encurtidas), y el «kebapche» (carne picada sazonada hecha a la parrilla). Los búlgaros aman sus postres. Pase por una pastelería local y pruebe el «garash», una torta de nueces molidas cubierta de chocolate muy recomendable.

Las pastelerías tradicionales búlgaras suelen ser una mejor opción para almorzar que muchos restaurantes de comidas rápidas. La mayoría de las pastelerías, además de los productos habituales de repostería, sirven también «katma», una especie de crepe con rellenos dulces o salados.

Los restaurantes de cocina internacional tampoco escasean, pero si desea probar el sabor auténtico de Sofía, vaya donde van los locales, a los restaurantes especializados en sopas. No es raro ver menús llenos de sopas tradicionales búlgaras. Algunos restaurantes tienen vistas espectaculares de la ciudad.

Los souvenirs tradicionales búlgaros son una parte destacada de cualquier viaje a Sofía: visite la tienda del Museo Etnográfico Nacional o los kioscos en el Mercado de Antigüedades o en la Plaza Alexander Nevsky. Para artículos de diseñador, visite Vitosha Boulevard, la principal arteria comercial de la ciudad.

Sofía cuenta también con muchos mercados que brindan una amplia selección de productos. Zhenski Pazar es un mercado al aire libre donde abundan las gangas. El mercado de Malashevtsi, también conocido como Bitaka, es el mayor mercado de pulgas de la ciudad. Bitaka abre todos los fines de semana y es un gran lugar para encontrar antigüedades y souvenirs.

Para marcas internacionales, modas y accesorios, visite los centros comerciales The Mall of Sofia, Paradise Mall, Mall Bulgaria o City Centre Sofia. La mayoría de los centros comerciales tienen patios interiores rodeados de restaurantes que sirven comidas internacionales.