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Lo primero que debería hacer, en la lista de actividades en todo viaje a Praga, es un viaje por el río Moldava. Al dividir la ciudad en dos, permite a los visitantes comprender la geografía local, con el Distrito del Castillo y la Ciudad Pequeña en un lado, y el Pueblo Nuevo y el Casco Antiguo en el otro. Además, no hay nada más romántico que cruzar el río rodeado de altísimas torres góticas, arquitectura cubista y hermosos jardines. Podrá alquilar su propio barco o subir a bordo de un crucero guiado y disfrutar de una agradable cena.

Ningún viaje a Praga estaría completo sin una visita al Castillo de Praga, el castillo antiguo más grande del mundo. Paséese por la historia mientras deambula por sus patios, museos y jardines; visite también la sede de reyes, emperadores y presidentes checos durante miles de años. Asentado en lo alto de una colina, el Castillo de Praga es un símbolo de la República Checa, y uno de los atractivos que hacen que esta ciudad sea una de las más bellas del mundo. 

Praga ofrece mucho que hacer para los visitantes que desean descansar de las visitas turísticas. Si desea relajarse y descansar durante su viaje a Praga, puede sumergirse en la cultura del café de la ciudad. Las cafeterías están prácticamente integradas en el tapiz de Praga; de hecho, en muchas de ellas podrá disfrutar de un café y ver pasar el mundo. Algunos de los cafés locales han alcanzado un estatus casi legendario entre los amantes del café; los frecuentan tanto los lugareños como los visitantes por igual.

En pleno verano, encontrará a la mayoría de los lugareños buscando refrescarse frente al calor en cualquiera de las muchas piscinas públicas de aquí. Si sube desde el centro de la ciudad a lo largo del Moldava, llegará a la zona de Podolí. Además de las amplias instalaciones que incluyen una piscina cubierta y una exterior de verano en la zona, también se puede encontrar el Yellow Spa, un complejo deportivo y de ocio directamente en la orilla del río Vltava, conocido por sus playas de hierba. Allí podrá jugar al netball, al volley-playa y al ping-pong, o bien disfrutar del esquí acuático o del paddleboard. También podrá alquilar barcos, bicicletas, scooters y patines. El complejo también alberga varios locales de restauración, así como un salón de baile y un parque infantil para los niños.

Hay numerosos restaurantes donde sirven excelente comida, desde el svíčková (solomillo de ternera con verduras en salsa de crema) hasta una extraordinaria gama de delicados postres. Si le gusta el dulce, asegúrese de probar el trdlenik, un pastel azucarado asado sobre una llama abierta, espolvoreado con canela y cubierto con nueces. El casco antiguo es el mejor lugar para degustar la gastronomía tradicional.

Ir de compras es un pasatiempo nacional en Praga; su viaje no estaría completo sin ejercitar sus piernas a la caza de gangas. Las principales zonas comerciales se encuentran en la Plaza de la República y la Plaza de Wenceslao. Aquí encontrará empresas locales codeándose con grandes marcas internacionales, y encontrará de todo, desde joyas hechas a mano hasta ropa de diseño. Si desea algo más peculiar, diríjase al casco antiguo, donde encontrará boutiques escondidas entre los callejones adoquinados.