Reserve un vuelo a Isfahán con Qatar Airways

El Palacio Real domina la ciudad. Con una altura de más de 48 m y su diseño de siete plantas, esta obra maestra del siglo XVII es famosa por su sala de música y los murales de Reza Abbassi. La ciudad también se ufana de varios palacios más, todos ellos del siglo XVI. Talar Ashraf es un palacio encantador y bien mantenido, mientras que se dice que Hasht Behesht, o Palacio de los Ocho Paraísos, fue construido en la segunda mitad del siglo XVII para albergar al harén del rey. Chehel Sotoun, o el Palacio de las 40 Columnas, es en realidad más pequeño de lo que se supondría y, de hecho, tiene solo 20 columnas que se reflejan en la piscina del palacio, de ahí su nombre.

Un viaje a Isfahán también brinda la oportunidad de explorar las mezquitas de la ciudad, todas ellas destacadas por la exquisita cultura artística de la región. Una de las obras maestras de la ciudad y, en realidad, de toda la región es la Mezquita del Imán, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que constituye un famoso ejemplo del arte de decoración con mosaicos. De manera alternativa, la Mezquita Sheikh Lotf Allah es un ejemplo excepcional de la arquitectura de comienzos del siglo XVII y era la mezquita privada del Palacio Real, al que la unía un túnel subterráneo. 

Los jardines son importantes en el diseño y la cultura persa; en su visita a Isfahán podrá disfrutar de uno de los más hermosos de Irán. El Jardín de las Flores debe visitarse en primavera, cuando todo está el flor, aunque en otras épocas del año se destacan otros aspectos del jardín, como las cascadas secretas y el jardín de cactus.

El Monte Sofeh está cerca del centro de la ciudad; sus 2257 m de altura brindan excelentes vistas panorámicas de la ciudad. Es relativamente sencillo dar un paseo a pie hasta la cima o puede tomar una telecabina para subir con menos esfuerzo. Si no le apetece trepar hasta la cima, visite la bolera debajo de la estación de telecabinas.

Los paseos a pie y el ciclismo son actividades populares, especialmente en los senderos que bordean el río Zayandehroud. Si desea dar un paseo en bicicleta, podrá arrendarla de manera gratuita en la estación de autobuses de la ciudad antigua. Si lo que busca es un paseo romántico por el centro de la ciudad, de un paseo en carruaje tirado por caballos o explore los muchos jardines y parques de la ciudad.

La ciudad es famosa por su excelente gastronomía, incluidas las especialidades locales, como el helado de azafrán, las variantes regionales de «chelo kebab», pinchos con arroz y biryani de cordero u oveja. Si le apetecen platos dulces, busque «khoresht mast», que significa estofado de yogur y es un plato exclusivo de Isfahán. Como bebida, el café fresco, que se sirve caliente, dulce y muy fuerte en cualquiera de las cafeterías o casas de té del bazar o debajo de los muchos puentes de la ciudad.

Isfahán está repleta de tiendas modernas, pero si busca una experiencia más auténtica, diríjase al bazar. Allí encontrará las alfombras persas de mejor calidad, cada una de ellas con detalles sutiles que indican las regiones de procedencia.

Isfahán también es famosa por sus pinturas en miniatura con hueso de camello como lienzo. Otra de las artesanías persa que se destacan son los taraceados, «khatam kari», cajas, marcos y tableros creados con miles de trozos de madera cortados, coloreados y colocados individualmente. Los artículos comprados en o alrededor de la plaza principal pueden ser costosos por que lo deberá alejarse de ella y visitar las calles y callejuelas para encontrar algunas gangas.