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Si viaja a Chiang Mai con niños, el zoológico de la ciudad es la primera parada ideal. Ubicado en una exuberante selva al pie de la montaña de Doi Suthep, alberga de una deslumbrante variedad de fauna salvaje, incluyendo pandas, leones y osos. Sin embargo, si desea acercarse a uno de los animales nativos más queridos de Tailandia, haga un viaje al Parque Natural del Elefante, donde encontrará elefantes rescatados y huérfanos en un entorno impresionante.

Para los aficionados a la historia, una visita al Museo Nacional de Chiang Mai es altamente recomendable. Albergado en un edificio bellamente ornamentado, allí se exhiben objetos y muestras que datan hasta de la antigua civilización Lanna. Para profundizar más en el pasado de la región, el Museo Tribal narra la vida de las tribus de las colinas de Tailandia.

Si quiere disfrutar de más esplendor arquitectónico, pase por la mezquita de Baan Haw, una de las más grandes de la provincia. Las paredes encaladas y una bella cúpula azul hacen que sea fácil de ver desde lejos, y recibe miles de visitantes cada año.

Una de las mejores maneras de disfrutar de su viaje a Chiang Mai es sumergirse en el paisaje natural de la ciudad. Las cascadas de Mae Sa son una red tranquila con sus propias zonas naturales de natación. Encontrará desvencijados y rústicos puentes, así como varias rutas de escalada diferentes, que van desde lo fácil a lo difícil. Esta es una de las joyas ocultas de la ciudad, frecuentada únicamente por los entendidos quienes vienen a disfrutar de un pícnic o a refrescarse en las tranquilas piscinas.

Visitar el Palacio de Bhubing es otra gran manera de apreciar la historia de la ciudad y de ver la arquitectura tailandesa en su mejor momento. Situado en impresionantes jardines subtropicales, hay mucho para disfrutar. Es obligatorio el vestido tradicional para los hombres y las mujeres que quieran entrar al palacio; en cualquier caso, estos se pueden alquilar allí mismo. El palacio Bhubing también está cerca de Hmong Village, donde podrá observar la vida cotidiana de los agricultores locales.

Chiang Mai tiene muchas experiencias gastronómicas diseminadas por los límites de la ciudad, sirviendo de todo, desde comida rápida y cocina internacional hasta experiencias gastronómicas. Pero, si bien los restaurantes ofrecen muchos platos sabrosos, la única manera de disfrutar del auténtico sabor tailandés es probando la comida callejera.

Las calles de Chiang Mai están vivas con los sonidos y los olores de la cocina, desde puestos elaborados hasta un único chef con un wok. Las sopas de fideos picantes son muy populares, con una variedad de carnes como pato (pet), pollo (kai) y mariscos (talay). Pero los vegetarianos también encontrarán mucho en oferta, ya que gran parte de la dieta tailandesa se basa en verduras frescas. Muchos platos se sirven incluso en hojas de plátano fragantes. Intente probar una «tam khanum», una ensalada a base de jaca, camarones y especias, y el famoso curry verde.

Chiang Mai cuenta con prácticamente todo tipo de tiendas que pueda querer visitar, así como centros comerciales de lujo y tiendas de marca hasta bulliciosos mercados. Sin embargo, igual que con la comida, si quiere buscar productos únicos y hechos a mano, entonces el mejor lugar para ir es la calle. Los mercados callejeros son una forma de vida y su viaje a Chiang Mai no estaría completo sin experimentar esta forma de comprar tan ruidosa, animada y aromática.

Cada mercado tiene su propio carácter distintivo: intrincadas tallas de madera en el mercado nocturno de Baan Tawai, los productos de Sa-paper y los paraguas adornados de Bo Sang, además de la artesanía local en oferta en Sankampang.